Ese monstruo llamado PIR
Hoy vamos a dedicar una publicación a ese monstruo llamado PIR.
El PIR (Psicólogo Interno Residente) es un sistema de formación de postgrado, con una duración de cuatro años, elaborado y desarrollado conjuntamente por los Ministerios de Sanidad y Consumo y Educación y Cultura, en forma de residencia, a imagen de lo realizado para otras especialidades sanitarias como el MIR. Es una formación eminentemente práctica, pero complementada con una formación teórica, que se desarrolla en el marco de los Servicios Públicos.
Se accede mediante un examen-oposición, al que pueden optar todos los licenciados en psicología que deseen obtener el título de ESPECIALISTA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA.
A lo largo del período de residencia, el PIR realiza una serie de rotaciones por diferentes dispositivos asistenciales en los que adquiere una formación tanto teórica como práctica, recorriendo diferentes modalidades de atención en función de los distintos grupos de población (Infanto-Juvenil, Adultos, Ancianos) y de los diversos estadios de los trastornos psicopatológicos, formación que capacitará al futuro especialista para el ejercicio de la Psicología Clínica, especialmente en lo que concierne al ámbito de la Salud Pública.
¿Por qué «monstruo»?
Es un examen-oposición durísimo, en el que existe una ratio de 40 personas por plaza y donde todo lo juegas a 5 horas seguidas una tarde de enero-febrero.
Eso significa que, más vale que estés en perfectas condiciones, hayas dormido bien y controles los nervios porque si no estás perdido…
La media, dicen, es presentarse 2 veces. Algunos lo consiguen a la primera y otros a la quinta.
Es una dura carrera en la que muchos se quedan por el camino.
Esto es así porque el número de plazas es muy bajo si lo comparamos con sus hermanos MIR, EIR…
A pesar de la lucha incansable por ajustarnos a las demandas de la población, no se llega a medidas claras.
A día de hoy, la pelea de los psicólogos está, por un lado, en el aumento de las plazas PIR y, por otro lado, en la presencia del Psicólogo en Atención Primaria. Ambas opciones serían grandes medidas de mejora para la Sanidad Pública y, sobre todo, para la población, que es la que sufre sobremedicación y esperas de meses para ser atendidos por el Servicio Especializado.
Demos a la Salud Mental y Emocional la importancia que merece.
Suerte a todos los PIRados para este sábado
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